jueves, 27 de noviembre de 2014

INFANTES

LOS VALORES



COMO ENSEÑAR LA HORA A LOS NIÑOS




Enseñarle a un niño a dar la hora es realmente algo muy importante en sus vidas. Sin embargo, usar dos sistemas de números a la vez (del 1 al 12, y del 1 al 60) puede ser muy difícil de conceptualizar cuando se trata de niños pequeños. Para enseñar a los niños a dar la hora, prueba los siguientes métodos.
1-Asegúrate de que el niño puede contar hasta 60. Si tratas de enseñarle a un niño los minutos antes de que sepa contar hasta esa suma, será desmotivante para él e improductivo para ambos.

2-Enséñale a contar de cinco en cinco, por ejemplo 5..10..15..20. etc. Estoy será mucho más fácil de conceptualizar por la forma de las manecillas de los minutos en un reloj.

Método del reloj grande

1-Consigue un reloj grande con manecillas grandes. Un reloj sin cristal o con una cubierta plástica será lo más apropiado para trabajar con el niño.
2-Explícale que la manecilla corta es la manecilla de las horas. Manteniendo la manecilla del minuto en el 12, mueve la manecilla de la hora a varias posiciones en el reloj. Explícale que siempre que la manecilla del minutero esté en el 12, estaremos hablando de la hora "en punto". Permite que el niño mueva la manecilla de la hora hasta que se sienta cómodo leyéndola.
3-Explícale que la manecilla larga es el minutero. Manteniendo la hora fija, mueve el minutero alrededor y explica al niño lo que cada posición significa. Empieza con las marcadas de cada cinco minutos: 5/10/15/20/25/30/35/40/45/50/55; una vez que los entiendan, progresa a los otros números como 12 y 37. Permite que el niño mueva el minutero las veces que quiera y practique como leerlo hasta que lo haga con cierta facilidad. En este momento, no debes preocuparte por las horas.
4-Demúestrale como leer las manecillas de la hora y de los minutos a la vez. Empieza con horas simples como 1:30, 4:45, 8:05, antes de seguir con otras más complicadas como 2:37, 12:59 – especialmente aquellas donde las manecillas se sobreponen una a la otra como la 1:05.
5-Deja que el niño te "pruebe". Esto le dará confianza y un sentido de control a la vez que es otra forma de practicar.
6-Ahora es el momento que pruebes al niño. Asegúrate de hace resto después que se le hayan enseñando los conceptos básicos, la idea es motivarlo, no lo contrario.

Método del papel

1Enseña al niño a cómo dibujar la cara del reloj en un papel. Para hacerlo más divertido, recorta un círculo de papel de antemano (o usa un plato de papel) y dóblalo en cuatro secciones; esto se hace doblando el circulo por la mitad, y luego las mitades a la vez dobladas a la mitad. Ahora ya tendrás las marcas principales (12, 3, 6, y 9 ).
2Cada una de las secciones debe ser divididas en tres "rebanadas de pastel" iguales. Dibuja una línea del centro marcado cada una de las rebanadas, así obtendrás cada uno de los 12 marcadores de hora. Deja que el niño coloree cada rebanada con un color diferente si el niño así lo desea. Empieza con el rojo a la 1 en punto y siguiendo adelante con los diferentes colores del arco iris, lo que hará que la progresión numérica sea más intuitiva que simplemente colorear cada sección al azar.
3-Usa un crayón para demostrar como funciona la manecilla de la hora. Mueve el crayón a varias posiciones en el reloj. Usa las rebanadas del pastel a tu favor explicando que cualquier cosa dentro de cierta rebanada es _____ en punto. (Por ejemplo, la rebanada roja es 1, la segunda rebanada que es la naranja representa al 2, etc.). Deja que el niño mueva el crayón hasta que él se sienta cómodo al leerlo.
4-Dibuja un segundo reloj numerado del 1 al 12 pero esta vez con marcas para los minutos. No separes este reloj en rebanadas ni colores cada sección diferente; ese método tiene menos sentido cuando estamos trabajando con los minutos.
5-Usa un lápiz para demostrar como funciona el minutero. Muévelo a varias posiciones alrededor del reloj y explícale al niño lo que cada posición significa. Empieza cubriendo las marcas de cada cinco minutos; una vez que las entiendan, sigue con el resto de los números como el 24 y el 51. Deja que el niño mueva el lápiz alrededor para que practique cómo leer las diferentes horas hasta que se sienta cómodo haciéndolo. De momento no te preocupes por las horas.
6Demuéstrale diferentes horas usando el lápiz y el crayón a la vez. Aclárale que la manecilla corta (crayón) siempre muestra la hora y la manecilla larga (lápiz) siempre muestra los minutos. Pídele que muestren horas simples como 1:30, 4:45, 8:05 antes de pasar a pedirle horas más complicadas. Cuando veas que el niño maneja bien esto, muéstrale como como leer la hora cuando las agujas se sobreponen una a la otra como12:00, 1:05.
7-Deja que el niño te "pruebe". Pide que haga una lista de las horas importantes para el (como por ejemplo la hora de dormir, la hora de desayuno, la hora que llega el autobús) y muéstrale cual sería esa hora en el reloj. Cuando pienses que el niño ya tiene suficiente dominio, comete un error y déjale que te corrija.
8-Es el momento de "probar" al niño. Asegúrate de hacer después de haberle enseñado los conceptos, recuerde que la idea es motivarlo y no lo contrario.

Enseña al niño como contar

Esto es lo más básico y lo más importante que debes hacer. En primer lugar que cuente objetos diferentes todos los días, sobre todo sus juguetes mientras él está ayudando a ordenar su habitación.
También puedes hacer que cuente todas las medias, mientras que ordenas la ropa para lavar.
Lo importante a señalar aquí es que le haces darse cuenta de que las habilidades básicas dematemáticas son prácticas y muy divertidas de hacer.
Asegúrate que reconoce los números escritos
Durante varios minutos todos los días, puedes enseñar al niño a leer los números, haciendoejercicios con tarjetas didácticas.
Escribe los números en las tarjetas y que diga los números uno por uno a medida que toma una.
Para ayudar a reforzar el aprendizaje, se pueden crear juegos. Un ejemplo es el de mezclar las cartas en un montón. Di un número y que el niño encuentre la tarjeta correcta en la pila.
Que escriba o copie los números es otra buena manera de ayudar a memorizarlos de forma escrita.
Pasar al siguiente concepto
Cuando el niño ha dominado las dos habilidades anteriores, ahora se puede proceder a su enseñanza de los conceptos de tiempo – como “AM” y “PM”, el número de minutos en una hora, y el número de horas en un día.
Crea experimentos divertidos. Como saber cuántas veces puede saltar en un minuto. También puede tomar el tiempo que se tarda en ir a la tienda desde la casa.
Hay muchas maneras de ayudar al niño a entender los diferentes conceptos de tiempo. ¡Basta con ser creativo!.
Enseña a leer el reloj
Comienza a ayudarlo para crear su propio reloj. Usa un plato de papel grande para la cara del reloj. Fabrica un par de las manecillas a partir de recortes de cartón y sujétalas al plato con un broche mariposa o tachuelas de papel. Que el niño escriba los números.
Una vez que el reloj se hace, explica cómo cada número representa el tiempo en horas, y luego como en minutos. Además, explica cómo las manecillas del reloj se mueven para decir la hora.
Puedes ayudar a que el niño practique moviendo las manecillas del reloj para que lo lea. También puede hacer que él mueva las manecillas del reloj a la hora que tu le digas. La práctica constante es necesaria.
Seguir adelante
Con el tiempo, puedes enseñar al niño a leer los relojes digitales. Recuerda que debes ir despacio y con paciencia. Aprender la hora es todo un reto para los niños, hazlo divertido y emocionante.



LA CAIDA DEL PRIMER DIENTITO -EL RATÓN PEREZ CON DIPLOMAS Y CUENTITO


   

Se le ha caído un dienteSucede por primera vez entre los 5 y los 6 años

La caída del primer diente es un acontecimiento que hay que celebrar con alegría, pero ¿los 5 años no es una edad muy temprana para empezar a perderlos?
La sustitución de los dientes de leche por los definitivos (más fuertes y duros) no se produce en una fecha concreta y determinada, y aunque es cierto que suele comenzar a los 6 años, hay niños que empiezan a cambiar las piezas un año antes.
El motivo por el que se adelanta esta pérdida suele ser genético: si alguno de los padres cambió los dientes precozmente, es muy probable que el niño herede esta característica.
También se sabe que si al pequeño le salieron pronto (con menos de 5 meses), lo más seguro es que los cambie antes que la mayoría de los niños de su edad.
Las primeras piezas que debería cambiar tu hijo son los incisivos centrales inferiores. Después, los superiores. Si no es así, conviene que le lleves al odontopediatra.
La pérdida precoz de otros dientes (es muy poco habitual) puede modificar la posición de las demás piezas, algo que el especialista se encargará de evitar colocando al pequeño uno o varios “mantenedores de espacio” (no duelen ni molestan).

CUIDADOS DIARIOS

Para que la erupción dentaria definitiva se produzca sin problemas, advierte a tu hijo que no debe tocarse la mella con el dedo.
Ten en cuenta que los dientes permanentes se sitúan en el hueso, por detrás de los de leche, y después la musculatura de la lengua ayuda a colocarlos en su lugar definitivo, por lo que no es conveniente que las malas costumbres del pequeño interfieran en el proceso.
También deberás ayudarle a consolidar los hábitos de higiene y cuidado bucal que le estás inculcando desde que cumplió los 2 años: tienes que acostumbrarle a lavarse muy bien los dientes después de cada comida (sobre todo después de la cena), con un cepillo de cerdas suaves y un dentífrico infantil, procurar que no abuse de las chucherías ni de los alimentos dulces, evitar que muerda cosas duras (el lápiz mientras pinta, por ejemplo) y, por supuesto, que no recurra a chuparse el dedo como forma de consuelo.

SENTIMIENTO DE TRISTEZA

La mayoría de los niños viven la pérdida de su primer diente con alegría, pues interpretan el hecho como una señal de que se están haciendo mayores (el mundo de los adultos les fascina).
Pero algunos lo viven con sentimiento de pérdida y, además, piensan que están feísimos con la boca mellada.
Si es el caso de tu hijo, explícale que esto que le ha ocurrido es algo normal, que de ahora en adelante a todos sus amigos va a pasarles lo mismo y que tiene un aspecto muy simpático.
Háblale con ilusión del ratoncito Pérez y explícale que su trabajo consiste en compensar a los niños con regalitos por la pérdida de los dientes.
Verás cómo en seguida deja de verse tan feo y esta noche se duerme enseguida, pensando en lo que va a traerle ese amigo diminuto tan especial, a cambio de su diente de leche.

Al niño se le mueve un diente

No te sorprendas si a tu hijo se le empieza a mover algún diente. Ya tiene edad para ello... y para que el Ratoncito Pérez entre en su vida. ¿Qué significa este simpático y entrañable personaje para los niños?

¡ENHORABUENA!

La creencia en una magia compensadora (el ratoncito cambia los dientes por monedas o regalitos) y hace que los niños vivan la caída de sus dientes como algo positivo. No es un logro fácil, pues suelen vivir la pérdida de cualquier parte de su cuerpo con bastante angustia. Por eso no quieren que les cortemos el pelo ni las uñas.
Sin embargo, al comprobar que al perder algo obtienen una recompensa, se tranquilizan. Parece que hay un orden superior que se responsabiliza de que la pérdida de su diente sea recompensada. No sería lo mismo si fueran los padres quienes les dieran el regalito, porque los niños ya saben que los padres pueden dar y quitar. La existencia de un ser mágico los reconforta mucho más, como ocurre con los Reyes Magos o con Papá Noel.
Por todo ello es bueno dejar que los niños crean en estos seres superiores y no revelarles el secreto hasta que ellos mismos empiecen a dudar.

“NO TE LO TOQUES”

Algunos pequeños están todo el día tocándose el diente que se les mueve. Por un lado desean perderlo (saben que es señal de que se están haciendo mayores) y por otro les da miedo (por lo desconocido). Puede que incluso lleguen a obsesionarse con el tema. Lo mejor es mantener la paciencia, ilusionarnos con ellos y advertirles que no se lo toqueteen tanto ni intenten arrancárselo, porque además de dolerles, pueden hacerse una herida en la encía y, en el peor de los casos, dañar el diente que tienen debajo.
Una vez que pierden el diente hay que recordarles que no se toquen la mella con las manos sucias. Dejar que el diente nuevo crezca a su aire es el modo más eficaz de prevenir que se les tuerza y de evitar infecciones.

La autonomía de los niños y niñas

1. Autonomía y responsabilidad

Desde que el niño nace se produce un proceso progresivo de búsqueda de autonomía por parte del niño. 
Un bebé es dependiente de sus padres al 100 %, no podría vivir sin su protección.
El niño cuando crece empieza a buscar su propia autonomía y los padres le ayudan en esa búsqueda, en ocasiones sin ser muy conscientes de ello. Cuando ayudamos a nuestros hijos a andar o a decir sus primeras palabras, estamos fomentando su autonomía ya que les estamos ayudando a ampliar su capacidad de actuación y a valerse por sí mismos.
Paulatinamente los padres debemos dejar de ser imprescindibles para nuestros hijos. Poco a poco les animaremos a que tomen sus propias decisiones y les permitiremos que se equivoquen para que aprendan de sus propios errores.
Es fundamental enseñarles a responsabilizarse de sus actuaciones y de sus decisiones.
Cuando el niño llega a la adolescencia se produce una ruptura de la dependencia psicológica de los hijos respecto a sus padres. Es muy importante que nuestros hijos lleguen a esta etapa con cierto desarrollo de su autonomía y con una idea clara de que han de responsabilizarse de sus actos y decisiones, si no es así podemos crear a jóvenes inmaduros e inseguros, incapaces de enfrentarse a los problemas.
Hay muchos decisiones que tomamos por nuestros hijos y que perfectamente podrían tomarlas ellos, desde elegir la ropa que se van a poner a negociar el reparto de algunas tareas del hogar con sus hermanos.
Obviamente todas las decisiones han de estar supervisadas por los padres, cuando creamos que cometen alguna equivocación debemos aconsejarles y explicarles las posibles consecuencias de sus decisiones pero no debemos imponerles las nuestras.

2. ¿Cómo estimular la autonomía de nuestros hijos? 

Los padres pueden ir estimulando la autonomía de sus hijos desde que éstos son pequeños, en distintos ámbitos como pueden ser: Las tareas del hogar, las tareas escolares, el aspecto y aseo personal, la vida social, etc.
- En lo que se refiere a las tareas académicas, es muy importante tener en cuenta que bajo ningún concepto debemos hacer los ejercicios por ellos. Es bueno que les animemos a que resuelvan sus dudas utilizando diccionarios, enciclopedias o consultando en Internet, ya que de esta manera empezarán a ser autosuficientes y no dependerán tanto de nosotros.
Cuando nos planteen dudas sobre el porqué de las cosas, podemos invitarlos a que razonen y que expongan las conclusiones a las que llegan por sí solos, una veces acertarán y otras muchas no, pero es bueno que intenten buscar ellos mismos la solución.
- Respecto a las tareas domésticas, es muy positivo que los hermanos acuerden un reparto del trabajo y que se responsabilicen de su parcela. Los padres velaremos porque no se produzcan agravios comparativos en estos repartos pero dejaremos la iniciativa a nuestros hijos.
- También es importante estimular su autonomía social, permitiendo que vayan a pasar el día a casa de amigos o que estos vengan a nuestra casa, que se reúnan con amigos y organicen juegos y actividades para hacer con ellos.
Esto hará que aprendan a desenvolverse en sociedad. Por supuesto cuando nuestros hijos nos planteen planes o deseos respecto a cosas que les gustaría realizar no debemos desanimarles sino estimularles y empujarles a que cumplan sus ilusiones.
Por ejemplo si quieren apuntarse en un equipo de fútbol o en un grupo de teatro o aprender a tocar algún instrumento debemos apoyarles y no poner pegas, aunque creamos que no tienen facultades para ello.
Siempre es bueno dejar que los niños tomen iniciativas y luchen por lo que desean.
Es fundamental reconocer su esfuerzo y felicitarles por sus logros, no quitar mérito a éstos por pequeños que sean. De esta manera los pequeños estarán cada vez más motivados para intentar nuevos retos.

3. Cosas que pueden hacer los niños para desarrollar su autonomía

Desde que los niños son pequeños hemos de conseguir que empiecen a realizar actividades por sí solos.
Estaremos supervisando estas actividades hasta que las logren realizar con corrección. De esta manera, un niño con ocho o nueve años ya debe estar en disposición de realizar por sí solo todas las tareas relativas a su aseo personal, a ordenar sus cosas y a saber comportarse en la mesa o ante una visita.
A este respecto según la edad del niño podemos establecer los siguientes objetivos:
- Un niño de cinco años estará en disposición de: Recoger los juguetes cuando ha terminado de jugar, lavarse las manos y los dientes, sentarse con corrección a la mesa, vestirse solo.
- A los seis años podrá: Hacer sus tareas académicas (con nuestra ayuda y supervisión), usar correctamente los cubiertos, bañarse o ducharse solo, peinarse.
- Con siete años estará en condiciones de: Ayudar en las tareas de la casa, mantener su habitación ordenada.
- A partir de los siete u ocho años los niños estarán en condiciones de empezar a resolver muchos de los problemas cotidianos que les surjan tanto en casa como en el colegio.

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